Hace unos días un amigo, en una charla de desvelados, hizo un comentario sobre lo difícil de encontrar una persona que viva la vida, no que solo la transite, su comentario me hizo pensar directamente en La Flaca, ella si que vive y te empuja a vivir.
La Flaca tiene tendencia a las adicciones, ella defiende sus acciones, no las esconde, para ella los excesos son una forma de aprender donde están sus limites, juega a correrlos, a ver hasta donde llega. La Flaca es una adicción en si misma, para los que tenemos el placer de conocerla sabemos lo difícil que es dejar de verla, de mirarla, de escucharla, porque debajo del ser que coquetea con los límites se encuentra un ser de lo más sensible que el mundo puede brindar. Quien puede sortear la barrera que te impone de entrada, aquel que logra dejar de pensar en la belleza que domina su cuerpo entero, se encuentra con la parte de la personalidad de La Flaca que te genera adicción, se encuentra con un ser lleno de amor, de sensibilidad, de sueños, de comprensión pero también acidez, humor, La Flaca en si seduce desde muchos lados.
Hay mujeres que visten ropas, y hay mujeres que lucen ropas, La Flaca es de esas mujeres en las que un pedazo de tela se resignifica, logra la gloria textil, la ropa por momentos se siente incomoda al tapar una piel tan gloriosa, seres como La Flaca deberían tener permiso para pasearse desnudas por la vía publica. Nadie se escandalizaría al ver tanta piel, tanta belleza, tanta armonía en un cuerpo.
Cuando pasea su cuerpo por algún lugar, obtiene miradas de ambos sexos, La Flaca gusta, y lo hace de la manera más pura, lo hace sin buscarlo. La Flaca tiene mil historias de encierros en baños, de noches enteras sin dormir maldiciendo días hermosos, de esconderse por días en un living sin visitar la cama. Pero esas son las historias menos ricas de ella, las historias de puñales clavados, de amores absurdos, de sueños truncos, hacen que al escucharla relatarlas la quieras abrazar, cuidar, acunar en sueños, ayudarla a desahogarse, pero ella no te va a dejar tan fácil, La Flaca enseguida saldrá de ese momento con una humorada, con una hábil gambeta con la que esquivara hasta sus propios sentimientos.
La Flaca es adictiva, uno quisiera fraccionarla en polvo y salir a comerciar tanta belleza, sabiendo que ningún mortal soportaría un gramo de tanto ser circulando por su cuerpo, una dosis de La Flaca te puede matar o despertarte para siempre, y salir a vivir la vida, jugando a seducir hasta a la muerte misma.
Hoy les dejo un poema de mi fetiche literario, Alejandra Pizarnik.
LA ÚLTIMA INOCENCIA
Partir
en cuerpo y alma
partir.
Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.
He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.
He de partir
Pero arremete ¡viajera!
3 comments:
partir.....
qué alud de sensaciones. todo es una película en la que vemos, realmente vemos, y quisiéramos seguir viendo a La Flaca. no podemos elegir una sola línea. nos las comemos todas. quisiéramos a La Flaca en Babilonia, domesticando la arena del desierto.
Alejandra es mi hada. Pero no fue como La Flaca. Más cerca de la muerte, siempre queríendo partir... la que se iba sin quedarse. La viajera del vaso vacío. Hasta que se fue a su jardín. Su hermoso jardín, donde toma el té con Madame Lamorte. (Caminé muchas veces los caminos de Alejandra, pero los salteadores de caminos me robaron las ganas de irme) Un abrazo
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