Sunday, August 03, 2008

No Podria...



No podría salir con una mujer que no disfrute la sensación de pisar hojas secas.

No podría salir con una mujer que no cante a los gritos.

No podría salir con una mujer que no se ría del absurdo (propio y ajeno).

No podría salir con una mujer que no ame a los animales.

No podría salir con una mujer que no tenga pasiones.

No podría salir con una mujer que no acepte mis defectos.

No podría salir con una mujer que no escuche música.

No podría salir con una mujer que no respete mis silencios.

No podría salir con una mujer que no me exija.

No podría salir con una mujer que no sueñe (despierta incluso).

No podría salir con una mujer que no ame la sensación que da mojarse con la lluvia.

No podría salir con una mujer que no baile (bien o mal).

No podría salir con una mujer que no tome mates.

No podría salir con una mujer que no tenga inquietudes artísticas.

No podría salir con una mujer que no me discutiera cosas.

No podría salir con una mujer que no leyera.

No podría salir con una mujer que no fueras vos…


Tuesday, July 01, 2008

Soy Yo mismo






"No consigo dormir.

Tengo una mujer atravesada entre los párpados.

Si pudiera, le diría que se vaya;

pero tengo una mujer atravesada en la garganta."
(El libro de los abrazos, Eduardo Galeano)




La locura como una experiencia de despersonalización, “Yo es otro”, así se pensó la locura por décadas. Hoy la locura se transformo, “Soy yo mismo”, en ese hecho radica mi locura.

Soy yo mismo…el que trata de controlar, hasta el dolor más intenso, sus impulsos. Aquel que cree en el destino, en Horacio y La Maga con su "Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos", y sin embargo se comería el idilio por el destino y se pararía toda una tarde en la esquina de tu casa para forzar un encuentro.

Me reconozco en todos mis actos, me advierto que así no puedo seguir, pero sé que me estoy mintiendo, puedo seguir mucho más. Soy yo mismo cuando me enamoro, soy yo mismo cuando te advierto entre miles y pasas a monopolizar mis pensamientos, soy yo mismo cuando te encuentro en mis actividades diarias, cuando leo algo y pienso que te encantaría que lo discutiéramos, cuando paseo por algún lado y siento que mi mano seria mas feliz tomando la tuya y no jugando con monedas, en un bolsillo eterno. Soy yo mismo cuando me incomodan tus silencios, soy yo mismo cuando atesoro nuestros mínimos, pero significativos, momentos.

Soy yo mismo, soy esto, espero que algún día comprendas a este loco…


( Foto Robada de http://testigosdelocaso.blogspot.com/ )


Sunday, May 04, 2008

Les temps sont durs pour les rêveurs...

Hay momentos que solo necesito saber que existe, que recorre distancias, que respira, que dedica un minúsculo porcentaje de su existencia diaria en pensarme, a veces solo necesito saber que esta ahí, en su parte del mundo.
Claro esta, que siempre no es así, que hay días donde necesito que me abrace, días en los cuales necesito perderme en la inmensidad de su mirada, momentos donde necesito dejar de soñar un instante y vivir la experiencia de saber que uno ha encontrado parte de lo que anda buscando por la vida.
Momentos, sentimientos ingobernables, idas y venidas por la autopista de la rutina diaria. Saber que nunca un verso mío, tendrá la belleza de un verso de Gotan, saber que jamás un cuento mío, atrapara a los lectores como Casa Tomada, saberlo, sentirlo, confirmarlo diariamente, sin embargo, seguir intentándolo. Así siento la vida, con metas inalcanzables por momentos, pero si el techo no es alto, se vive pegado al suelo.
Comienzo de semana, la imagino desparramada en un asiento de un colectivo, mirando un rato el paisaje, de una ciudad que comienza a vivir su día, que le devuelve la ventanilla disfrazada de lente de cámara de cine. Avanzan las toneladas de metal, transportando a diferentes personas, diferentes destinos, colectivo lleno, lleno de miradas que transmiten poco, lleno de personas a las que le imagina los pensamientos, la imagino jugando a adivinar que escuchan los adolescentes a través de sus auriculares, extensiones de sus oídos, imagen del siglo XXI. La imagino de mil formas, juego a imaginarla, me visita en sueños y me despierto con una sonrisa, sueño con el día que pisemos hojas secas juntos…


Wednesday, April 23, 2008

Historias, de esas que queremos siempre...


El silencio es un pez en mi cabeza
felizmente alimentado
con todas las palabras que no dije.
Consuelo Tomás Fitzgerald



Las historias tienen introducción, nudo y desenlace, repetía sin cesar mi “señorita” de lengua y literatura de la primaria. Pasábamos las clases identificando esas partes en los textos. Por estos días estuve pensando en las historias, sus partes, y las sensaciones que estas nos dejan.
Odie mucho tiempo el final de “El lado Oscuro del Corazón”, que Ana (Sandra Ballesteros) se tomara un avión dejando atrás su historia con Oliverio (Darío Grandinetti) no me cerraba, tanta poesía, tanto amor, no podía ser dejado así. Me costo horrores reconciliarme con Michael Corleone luego de que matara a su hermano Fredo. Podría enumerar varias historias más, donde no quede satisfecho, o por lo menos quede incomodo un segundo, con alguna de las partes de las mismas. Sin embargo, a pesar de no quedar “satisfecho”, disfrute y disfruto de esas historias, una y otra vez, porque mas allá de su desarrollo, su desenlace, amo esas historias.
La vida tiene mucho de eso, hay historias que nos toca vivir que son hermosas más allá del desenlace que tengan, de algún inconveniente que se presente en el desarrollo, o de haber comenzado de manera inoportuna. Hoy me encuentro disfrutando una bella historia, que recién comienza a desarrollarse, que no sé, ni me gustaría, saber hacia donde me llevara, lo que sé es que siempre voy a amar esta historia…

"Me seducen las mentes, me seduce la inteligencia, me seduce una cara y un cuerpo cuando veo a una mente que los mueve y que vale la pena conocer. Conocer, poseer, dominar, admirar. La mente Hache. Yo hago el amor con las mentes".

Martín (Hache) de Adolfo Aristaráin


Tuesday, April 22, 2008

Escapes...

A veces la pesadez del levantarse reside en la confirmación de que se esta vivo. A veces levantarse se vuelve una tarea mecánica, incorporarse, buscar las medias que nunca quedan de a pares iguales, lavarse la cara, encontrarse con ese rostro, mirarse a los ojos. Poner la pava, tomar dos mates al vuelo y salir corriendo, ver como se va nuestro colectivo y esperar el próximo, con la idea de que se podrían haber tomado dos mates más.
Viajar con cientos de desconocidos, llegar a la oficina, previo saludo al portero más malhumorado de Buenos Aires.
Rutinario, mecánico, tedioso… quizás. Por lo que opte hace un tiempo, es por darme pequeños escapes durante la rutina del día. Quedarme lo necesario escuchando al pibe que toca temas de Piazzolla, con la guitarra, en Estación Agüero, o al violinista de Estación Callao, hablar de poesía con el librero de Callao al 300, al que todavía no le perdono que no guste de la lectura de Gelman. Pequeños momentos, escapes, detenerse dos segundos a mirar el cielo, recortes de celeste, entre torres grises que nos trajo la modernidad.
Pensar en ella, soñar con una rutina compartida, que incluya desayuno para dos, beso de despedida, deseos de buen día, dejar escapar una sonrisa mientras se pide el almuerzo, las opciones, siempre las mismas, pero nos gusta preguntar…

Tuesday, April 01, 2008

Lluvia...

Tres días de Lluvia en Bs. As, Alma recorre la ciudad con todas sus pertenencias en un auto, luego de escapar de la casa que compartió nueve años con su pareja, Roberto, vuelve al país luego de treinta años a vaciar el departamento de su, recién fallecido, padre, a quien casi no conoció. Así, estas que parecían dos historias de soledades inconexas, son unidas por un embotellamiento y una manifestación de trabajadores corridos por la policía.
Observe la película sentado en la ultima fila, de un cine de Congreso, vi la película el mismo día que renuncie a mi trabajo. Enroscado en la silla con mis pensamientos, no podía parar de imaginarte sentada a mi lado en aquella sala.
Roberto recorre el pequeño departamento de su padre. Observa todo, se detiene en cada detalle. Viaja a través de los objetos buscando indicios de su padre, se detiene en unos zapatos minuciosamente acomodados y se reconoce en ese orden, se alivia al sentir que heredo cosas de su padre. Roberto se prueba los lentes de su ausente padre, como intentando ver el mundo como lo hacia él antes de partir.
Me imagine poder ver a través de tus ojos, poder ver lo que ves. Recorrer tus días, poder conocerte en profundidad, ver en que te detenes, ver con que te emocionas, con que te alegras, con que temes…
Alma le recrimina a Roberto que no le lea cuentos a su hija, su tendencia al misterio, al silencio. Roberto le recrimina que viva en su auto. Ambos se enojan, ambos se sienten invadidos. Roberto y Alma se perdonan, se aman en el interior del auto de ella, bajo una lluvia que brinda la mejor banda de sonido para el amor. Alma le regala a Roberto un libro de cuentos para que le lea a su hija. Roberto ayuda a Alma a buscar departamento. Para de llover, sale el sol, después de tres días de lluvia.
Enfrenta la vida, vivirla. Solo de una manera, sabiendo que puede llover, pero que siempre sale el sol. Me enrosca tu silencio, me enrosca que no quieras vivir la historia como protagonista, que solo dejes avanzar las horas.
Pienso, analizo, cada palabra, me ahogo en cada silencio. Me llega la idea de que no queres saber que pudo ser de esta historia. Que preferís el Stand By, yo solo te ofrecía vivir un momento, que podía ser una noche, que podía durar lo que se tarda en recorrer todas las librerías de Corrientes, o podía durar toda una vida. Que se yo, nunca se sabe lo que puede durar una historia, pero prefiero vivirlas así me cueste una vida olvidarlas...
Al final tiene razón un amigo, que no tuve el gusto de conocer, que anda diciendo por ahí que "no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió"…


Tuesday, March 11, 2008

Buceandome...


Hay cosas de las que uno no puede escapar, más cuando esas cosas pertenecen a uno casi sin querer. Las aves emigran, los reptiles cambian de piel, los fumadores prometen todas las semanas que van a dejar de fumar, los eternos adolescentes juegan su juego, mientras a los que nos gustan los imposibles, seguimos en búsqueda de ellos.
No puedo evitarlo, me seduce lo difícil aunque me angustia. La eterna dualidad de las cosas.
Siento que te pierdo y te siento tan cerca, siento que te pierdo aunque nunca te tuve. Mensajes a la madrugada, la autoprohibición de llamarte a cualquier hora, avanzar por la ciudad y encontrarte en cada esquina, escondida en una melodía que alguien silva al paso, mirándome desde el afiche de una película francesa que todavía no estreno, siguiéndome los pasos en el ruido de unos tacos que nunca te has de poner, te encuentro a cada paso pero no te puedo alcanzar.
Escribir como descarga, para darle paz al caos del pensamiento, fundir mis dedos con teclado, hacer de mi mano y la birome una sola unidad, buscar las palabras correctas para definir lo que siento, buscarte en mis sueños, buscar la paz…

Les dejo un poema de Gabriela Mistral (1889-1957), destacada poetisa chilena.

Desolación

La bruma espesa, eterna, para que olvide dónde
me ha arrojado la mar en su ola de salmuera.
La tierra a la que vine no tiene primavera:
tiene su noche larga que cual madre me esconde.

El viento hace a mi casa su ronda de sollozos
y de alarido, y quiebra, como un cristal, mi grito.
Y en la llanura blanca, de horizonte infinito,
miro morir intensos ocasos dolorosos.

¿A quién podrá llamar la que hasta aquí ha venido
si más lejos que ella sólo fueron los muertos?
¡Tan sólo ellos contemplan un mar callado y yerto
crecer entre sus brazos y los brazos queridos!

Los barcos cuyas velas blanquean en el puerto
vienen de tierras donde no están los que son míos;
y traen frutos pálidos, sin la luz de mis huertos,
sus hombres de ojos claros no conocen mis ríos.

Y la interrogación que sube a mi garganta
al mirarlos pasar, me desciende, vencida:
hablan extrañas lenguas y no la conmovida
lengua que en tierras de oro mi vieja madre canta.

Miro bajar la nieve como el polvo en la huesa;
miro crecer la niebla como el agonizante,
y por no enloquecer no encuentro los instantes,
porque la "noche larga" ahora tan solo empieza.

Miro el llano extasiado y recojo su duelo,
que vine para ver los paisajes mortales.
La nieve es el semblante que asoma a mis cristales;
¡siempre será su altura bajando de los cielos!

Siempre ella, silenciosa, como la gran mirada
de Dios sobre mí; siempre su azahar sobre mi casa;
siempre, como el destino que ni mengua ni pasa,
descenderá a cubrirme, terrible y extasiada.



Thursday, February 28, 2008

Tormenta...



Veía el avanzar del agua, a través de un vidrio, y pensaba en cuantas tormentas él había pasado. Se acordaba de aquella, muy grande, del año dos mil, aproximadamente, que se llevo novia, carrera y trabajo. En aquella ocasión, rozo con los dedos del pie, el fondo. Él se enorgullecía de cómo había salido a flote, como había recuperado carrera y trabajo por lo menos. También recordó la tormenta de hace unos años, aquella que empezó con la perdida de un ser amado, continuo con su huida laboral y termino haciendo tambalear su carrera.
Ahora se sentía un sobreviviente, sabia, porque había vivido dos, que podía superar las tormentas, que podía superar otra tambaleo/huida laboral, sabia que podía soportar el saber que quizás ella no sea para él…


Les dejo una poesía del talentoso Dylan Thomas, poeta que admiro. Y al que le debo mi seudónimo, mediante un giro en el orden de su nombre.


YACE TRANQUILO, DUERME EN PAZ

Yace tranquilo, duerme en paz, tú que sufres
la herida que arde y se agita en tu garganta.
A flote sobre el mar silencioso la noche entera hemos oído
el rumor de la herida envuelta en una sábana de sal.

Bajo la luna, tantas millas lejana, hemos temblado al escuchar
el sonido del mar flotando como la sangre de la sonora herida
y cuando la sábana salobre rompió en una tormenta de canciones
las voces de todos los ahogados nadaron sobre el viento.

Abre un sendero a través de la lenta vela triste,
arroja lejos hacia el viento los portales del errabundo bote
para empezar el viaje al final de mi herida,
oímos que cantaba el sonido del mar, vimos como hablaba la sabana salobre.

Yace tranquilo, duerme en paz, oculta la boca en la garganta,
o hemos de obedecer y cabalgar contigo por entre los ahogados.

Dylan Thomas

Thursday, February 21, 2008

Se observan pacientemente...



Se brindan descripciones, se regalan pistas, pequeños recortes de un ser complejo. Se miden, toman distancia, retroceden con dudas, para avanzar, luego, con más dudas.
No dudan de su capacidad de amar, dudan de la capacidad del amor, no dudan del otro, dudan de sí mismos.
Acercan posiciones, respetan opiniones, se ríen, se enojan…todo a través de una minúscula ranura.
Él, pacientemente, espera que ella lo deje mirar más allá, él espera…