Wednesday, October 28, 2009

Se enluto el amor...


Hay noches donde la vida se aloja en el fondo de un vaso, apretadita entre dos hielos, abrazada por el scotch. No sé cuando fue la ultima noche que hice girar la vida juntos a dos hielos, tampoco recuerdo si nuestra ultima noche estuvo bañada en whiski.

De los pocos recuerdos que atesoro, varios me dan la sensación de que esa noche se enluto el amor. No podría decir con seguridad quien llamo a quien, pero si que a ambos nos estorbaban un puñado de besos, un piloncito de caricias, y vaya a saber porque broma del destino, ambos decidimos que el otro seria el destinatario de esas sobras.

Los que hayan vuelto a una cama donde hubo amor y ya no lo hay, sabrán describir lo absurdo que resulta volver en esas condiciones, cuan tonto se siente uno buscando, entre las sabanas, restos del amor que supo cobijarlo tiempo atrás. Que cerca queda el techo, tan cerca que angustia, tan cerca que uno no puede creer que tiempo atrás uno podía volar en esa habitación. Quienes hayan vuelto sabrán lo esquivas que se ponen las palabras, lo vació que suenan cuando las encontramos, aquellas que tiempo atrás llovían, deseosas de formar los versos que puedan describir lo que todo el cuerpo sentía, lo que todo el cuerpo sufría, aquellos espasmos de amor.

Y volver no tiene sentido, me lo han dicho, te lo habrán dicho, pero solo volviendo se encuentra el sentido. Porque a todo le busco sentido, aunque ya lo haya perdido, porque siempre necesito esa ultima charla, esa ultima mirada a los ojos para saber que todo ha terminado, que lo nuestro ya no es mas que una suma de dos, que aquella noche se enluto el amor…



Hoy les dejo una poesía de Gioconda Belli. Es una de las más populares escritoras nicaragüenses.


CÓMO PESA EL AMOR


Noche cerrada

ciega en el tiempo

verde como la luna

apenas clara entre las luciérnagas.

Sigo la huella de mis pasos,

el doloroso retorno a la sonrisa,

me invento en la cumbre adivinada

entre árboles retorcidos.

Sé que algún día

se alzarán de nuevo

las yemas recién nacidas

de mi rojo corazón,

entonces, quizás,

oirás mi voz enceguecedora

como el canto de las sirenas;

te darás cuenta

de la soledad;

juntarás mi arcilla,

el lodo que te ofrecí,

entonces tal vez sabrás

como pesa el amor

endurecido.



Tuesday, October 20, 2009

De lagrimas del pasado, de suspiros del futuro...


Todos los lunes un tsunami de frases invade mi mente, algunas las leí, otras las escuche, son confesiones, o quizás meros comentarios. Trato de ordenarlos a medida que van regresando, me río con la mayoría, reflexiono con algunos. Una pequeña minoría de recuerdos vienen acompañados de imágenes, así cobran más fuerza en el ejercicio del retorno.

Me dedique el fin de semana a escuchar música, a leer (como hace tiempo no lo hacia), a escuchar a mis amigos, así que el tsunami del lunes tuvo un nivel alto en la escala de medición de fenómenos seudointelectuales.

Pero la frase, la anécdota, que funciono como mayor disparador de pensamientos, llego a mí al final del día. Regresaban unas amigas de un recital, entre risas y alegría por el momento compartido me comentaban lo que habían llorado, lo bien que les había hecho, lo hinchado de sus ojos.

He disertado sobre el poder curativo de las lágrimas en algún bar, alguna noche de copas con amigos, creo fervorosamente en la necesidad de desprenderse de algunas lágrimas cuando la angustia gana el cuerpo de uno. Pensaba en mis amigas cantando canciones de amor, gritándole a amores pasados, dedicándole algunas lágrimas a ese que no se la termino de jugar, exorcizándose de aquel que les abrió la puerta del amor, porque sin primer amor no habría que añorar.

Me las imagine, sin saber si esto era así, de varias maneras, pero siempre llorando por el pasado. Me tome el tiempo para analizarme, pensé si yo tenia deudas, si debía algunas lagrimas a los amores de tiempo atrás. Me alegro saber que no tenia deudas, que ya había llorado lo suficiente en su momento, que me había exorcizado de los amores del pasado, porque cuando no son lagrimas son gritos, pensé que cantar a gritos llorando seria un combo digno de una empresa farmacéutica productora de antidepresivos.

Pero la mayor alegría, en mi cadena caótica de pensamientos, fue cuando llegue a la conclusión de que cuando se deja recorrer por la mejilla, la ultima lagrima por un amor del pasado, se le deja vía libre a los suspiros, frutos del próximo amor…

Manuel Gutierrez Najera es quizás uno de los primeros poetas mexicanos que leí en mi vida, no se como llegue a su obra, pero recuerdo algunas de las sensaciones que me dieron esas primeras lecturas. Espero tengan algunas de esas sensaciones al leerlo.

SABES LO QUE ES UN SUSPIRO

¿Sabes lo que es un suspiro?
Un beso que no se dio…
¡Con cadena y cerrojos
los aprisionan severos,
y apenas los prisioneros
se me asoman a los ojos!

¡Pronto rompen la cadena
de tan injusta prisión,
y no mueren más de pena
que ya está de besos llena
la tumba del corazón!

¿Qué son las bocas? Son nidos.
¿Y los besos? ¡Aves locas!
Por eso, apenas nacidos,
de sus nidos aburridos
salen buscando otras bocas.

¿Por qué en cárcel sepulcral
se trueca el nido del ave?
¿Por qué los tratas tan mal,
si tus labios de coral
son los que tienen la llave?

Besos que, apenas despiertos,
volar del nido queréis
a sus labios entreabiertos
en vuestra tumba, mis muertos,
dice: ¡Resucitaréis!