Murió de tristeza, no soporto estar solo…esa decía el parte medico, hecho a simple vista, que dio mi madre postmuerte de nuestra mascota. Yo no debería tener ni siete años, no recuerdo ni como, ni quien trajo ese conejo a casa, tampoco recuerdo siquiera el nombre que le habíamos puesto, solo recuerdo el resultado de la autopsia y el lugar donde yacía el cuerpo sin vida de nuestro conejo, era en la casa de haedo, en una esquina del escalón que antecedía a la cocina.
Nunca supe con exactitud de que murió el conejo, tampoco me preocupe mucho, seguramente a los días nos suplantaron la mascota con un perro, un canario o quizás, nos llevaron a tomar un helado, así eran los duelos a esa edad. Lo que si tengo claro es que esa idea de la muerte por tristeza, la idea de que la vida en soledad no se puede soportar, calo hondo en mi ser.
Si bien desconozco que haya registrado, en algún hospital del mundo, una muerte por tristeza, creo que hay padecimientos muy cercanos a la muerte. Recuerdo una noche, hace unos años, donde una personita no paraba de llorar, por la pérdida del que ella creía el amor de su vida, y en cada lágrima yo pensaba que se iba a deshidratar, yo la abrazaba, ella emitía largos suspiros, yo pensaba que cada uno de esos podía ser el último suspiro. Esa noche parecía no culminar jamás, así como el llanto de ella, pero la noche llego a su fin, las lágrimas se secaron, los suspiros cesaron, poco a poco el paciente sobrevivió al coma por tristeza.
Hace unas horas, una amiga me contaba su padecimiento, me hablaba de su perdida mas importante hace casi dos años, de lo esquivo que le era el amor, me comentaba las ganas de partir hacia vaya uno a saber, pedía a gritos un descanso, el famoso “Pido” de la infancia, ese minuto para recuperarse que tienen los boxeadores entre round y round, entre golpes y golpes, donde planean como esquivar los próximos y sobretodo, como dar los suyos. Yo la escuchaba mientras pensaba que decirle, solo se me ocurrió decirle que ella no se iba a ningún lado, y en un claro acto de egoísmo, justifique dicha sentencia con un hacelo por mi, quédate por mi, quédate conmigo.
Los momentos tristes de la vida te ponen a prueba pero también lo hacen con las personas que lo rodean a uno. Me gusta la idea de imaginarse a las relaciones como un gran crucigrama donde una palabra necesita de otras para formarse. Todas cobran sentido en la totalidad, la sola ausencia de una hace caer a la estructura, así me gusta vivir, brindando apoyo a las demás partes del crucigrama, pero sabiendo que los demás también están ahí brindándome su apoyo…ayudándome a cobrar pleno sentido…
Como este texto esta dedicado a una dama, la recomendación de hoy no podia dejar de ser una dama. Alma Desnuda, es una poesía de Alfonsina Storni (Sala Capriasca, Suiza, 1892 - Mar del Plata, Argentina, 1938) la primera mujer reconocida entre los mayores escritores de su tiempo. Su feminismo combativo acaricia gran parte de su obra, el cual se halla motivado por las relaciones problemáticas con el hombre, decisivas en la vida de la poetisa.
Alma Desnuda.
Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.
Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.
Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.
Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.
Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.
Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.
Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve.
Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.
Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.
Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.
Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.
Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.
3 comments:
..."ese minuto para recuperarse que tienen los boxeadores entre round y round, entre golpes y golpes, donde planean como esquivar los próximos y sobretodo, como dar los suyos"...
Tal cual, nunca mejor ejemplificado. Esa pausa que todos necesitamos y tantas vecse la vida no nos da.
Adoré también su teoría del crucigrama. Sucede que en definitiva por más que nos completemos con otras palabras seguimos siendo una sola palabra tan única como responsable de nuestro propio destino.
Me encanta!!
Che, muy buena la historia de la muerte por tristeza.
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