Tuesday, March 09, 2010

De brasas y sinceridades...


Pensar, decir, sentir, hacer…
cuesta tanto que esas cuatro simples acciones sean coherentes entre si. Más cuando ciertas partes fundamentales del accionar parecen pertenecer a un grupo revolucionario separatista.

Hay una clara interferencia entre distintas zonas del ser. Paso horas buscando la fuente, que genera la interferencia que dificulta la comunicación entre mi cerebro y mi corazón. Estoy convencido que le he enviado mil señales, para que deje de latir a ese ritmo alocado, cada vez que ve un par de piernas disputarse el dominio de una vereda, por la cual desfilan una tarde cualquiera. Me he examinado, en más de una ocasión, buscando el objeto que filtra las palabras o incluso cambia, desde que tomo la decisión de decirlas hasta el momento que las digo.

En cientos de ocasiones estas cuatro acciones se contradicen, unas con otras, todas contra todas. Sin embargo, creo que una tiene supremacía sobre las demás, uno puede pensar en el frió, horas, pero si tenes una brasa sobre la piel, es difícil que no la sientas, incluso podes decir que no la sentís, negándolo, pero va a llegar un momento donde vas a reaccionar al calor y vas a gritar, y más aun, es posible que pienses en no soltar la brasa o alejarte, pero sin dudas terminaras soltando o alejándote de la brasa.

El sentir manda, por más que pensemos, digamos lo contrario e incluso actuemos de manera diferente, el sentir late debajo de toda negación. Que hacer? Es el gran interrogante, por ahora me dejo llevar por lo que siento, me aferro a la brasa hasta que se apague, no digo que no siento lo que siento, no escondo que me estoy quemando, lo grito incluso.
Sentir, después pensar, después hacer, después decir…



La poesía de hoy pertenece a una debilidad personal, Alejandra Pizarnik, no hay mucho más para decir.



Mucho más allá

¿Y si nos vamos anticipando
de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza?

¿Y qué?
¿Y qué me das a mí,
a mí que he perdido mi nombre,
el nombre que me era dulce sustancia
en épocas remotas, cuando yo no era yo
sino una niña engañada por su sangre?

¿A qué, a qué
este deshacerme, este desangrarme,
este desplumarme, este desequilibrarme
si mi realidad retrocede
como empujada por una ametralladora
y de pronto se lanza a correr,
aunque igual la alcanzan,
hasta que cae a mis pies como un ave muerta?
Quisiera hablar de la vida.
Pues esto es la vida,
este aullido, este clavarse las uñas
en el pecho, este arrancarse
la cabellera a puñados, este escupirse
a los propios ojos, sólo por decir,
sólo por ver si se puede decir:
"¿es que yo soy? ¿ verdad que sí ?
¿no es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?".

Y con las manos embarradas
golpeamos a las puertas del amor.
Y con la conciencia cubierta
de sucios y hermosos velos,
pedimos por Dios.
Y con las sienes restallantes
de imbécil soberbia
tomamos de la cintura a la vida
y pateamos de soslayo a la muerte.

Pues esto es lo que hacemos.
Nos anticipamos de sonrisa en sonrisa
hasta la última esperanza.

2 comments:

Rochies said...

Sentir, después pensar, después hacer, después decir …
PENSAMIENTO, PALABRA Y ACCION, dicen en astrología. El problema es cuando enmarañados en pensamientos, y aún estando las palabras no podemos pasar a la acción.
Hace unos días me hablaron de los "salvavidas de plomo". ¿Cómo evitarlos amiguito?

Anonymous said...

Podemos sentir, nadie puede controlar lo que siente........... pero si controlas lo que haces o dejas de hacer.
Mas si lo que sentis y lo que deseas hacer hiere a quien queres, o mas aún a quien depende de vos.
Las consecuencias y circunstancias estan fuera de nuestro control, solo tenemos control sobre las desiciones (acciones) que tomamos..........
Pense y pense y me gustaria que leyeras algo mio..Besos.
Yo.-(la que escribia de chica y ya no escribe mas, ni te escribe mas).