Wednesday, March 21, 2007

La verdad es que no hay verdad...


La verdad es que no hay verdad, solo intentos de alcanzarla. Aquella tarde solo intentaba alcanzar una. Me subí a unos de esos colectivos que recorren toda la ciudad, no dejan un barrio sin rozar. Espere parado hasta que se desocupara un asiento del lado de la ventanilla. Una vez sentado, me puse los auriculares y le di play a la música, nada más lindo que recorrer Bs. As de esa manera. Las calles iban quedando atrás, no así los recuerdos de aquellos ojos negros, tan vivos, tan llenos de misterio, tan lejanos, tan de otro. La verdad es que no hay verdad, me repetía una y otra vez, mientras el colectivo saludaba a un nuevo barrio en su recorrido, casi eterno. Por la ventanilla alcance a divisar a una pareja de adolescentes, se metían rápidamente a un hotel, sin testigos más que yo, no necesitan más, no necesitaban ninguno en realidad, testigos se necesitan para esclarecer un crimen, no para avalar al amor. Y si bien, no había verdad, lo más cercano, lo más verdadero en relación al amor, son los primeros intentos de alcanzarlo, el amor adolescente, el primer amor, aquel al que a uno le duele, le lastima amar tanto a otro, levante una copa imaginaria por aquella parejita. Y me acerque un paso más, a la verdad que andaba buscando.
Me dieron ganas de caminar, así que me levante y toque timbre. Al bajar el barrio me resulto algo familiar, pero no tenía porque serlo, hay edificaciones que se repiten por la ciudad infinitamente. Camine sin rumbo, un perro ladraba por una ventana, se le notaban las ganas de correr en los ojos, me quede pensando en todo lo que transmiten los ojos, ni hablar los de ella, no me decían mucho, en realidad, casi nada, pero prefería su nada, al todo de otros seres.
Me detuve en una plaza, ahí de repente, todo me pareció más claro, estaba a solo dos cuadras de su casa, el destino?, el inconsciente quizás?, vaya uno a saber. Lo que sabía es que ella me podía acercar más a la verdad que andaba buscando. Camine frenéticamente hacia su casa, en la esquina me invadió la inseguridad, el miedo, que tantas veces me habían negado acercarme a alguna verdad. No les hice caso, y avance, me detuve en el momento exacto que salía de su casa, con sus rulos tan esplendidos como siempre, al verme me disparo una de sus sonrisas a mil dientes, era la imagen misma de la belleza, en ese momento todo me cerro, alcance la verdad que andaba buscando…estaba más enamorado que nunca, y nadie, ni yo mismo, lo podía negar…

1 comment:

Anonymous said...

No se como hago, pero siempre me acerco de la manera equivocada a tu persona, debe ser que estar de espectadora en tu vida me duele, yo queria, y quiero, ser protagonista de ella. Ojala me puedas perdonar, Te quiero, aunque a veces te demuestre lo contrario...