Thursday, February 28, 2008

Tormenta...



Veía el avanzar del agua, a través de un vidrio, y pensaba en cuantas tormentas él había pasado. Se acordaba de aquella, muy grande, del año dos mil, aproximadamente, que se llevo novia, carrera y trabajo. En aquella ocasión, rozo con los dedos del pie, el fondo. Él se enorgullecía de cómo había salido a flote, como había recuperado carrera y trabajo por lo menos. También recordó la tormenta de hace unos años, aquella que empezó con la perdida de un ser amado, continuo con su huida laboral y termino haciendo tambalear su carrera.
Ahora se sentía un sobreviviente, sabia, porque había vivido dos, que podía superar las tormentas, que podía superar otra tambaleo/huida laboral, sabia que podía soportar el saber que quizás ella no sea para él…


Les dejo una poesía del talentoso Dylan Thomas, poeta que admiro. Y al que le debo mi seudónimo, mediante un giro en el orden de su nombre.


YACE TRANQUILO, DUERME EN PAZ

Yace tranquilo, duerme en paz, tú que sufres
la herida que arde y se agita en tu garganta.
A flote sobre el mar silencioso la noche entera hemos oído
el rumor de la herida envuelta en una sábana de sal.

Bajo la luna, tantas millas lejana, hemos temblado al escuchar
el sonido del mar flotando como la sangre de la sonora herida
y cuando la sábana salobre rompió en una tormenta de canciones
las voces de todos los ahogados nadaron sobre el viento.

Abre un sendero a través de la lenta vela triste,
arroja lejos hacia el viento los portales del errabundo bote
para empezar el viaje al final de mi herida,
oímos que cantaba el sonido del mar, vimos como hablaba la sabana salobre.

Yace tranquilo, duerme en paz, oculta la boca en la garganta,
o hemos de obedecer y cabalgar contigo por entre los ahogados.

Dylan Thomas

Thursday, February 21, 2008

Se observan pacientemente...



Se brindan descripciones, se regalan pistas, pequeños recortes de un ser complejo. Se miden, toman distancia, retroceden con dudas, para avanzar, luego, con más dudas.
No dudan de su capacidad de amar, dudan de la capacidad del amor, no dudan del otro, dudan de sí mismos.
Acercan posiciones, respetan opiniones, se ríen, se enojan…todo a través de una minúscula ranura.
Él, pacientemente, espera que ella lo deje mirar más allá, él espera…